martes, 3 de febrero de 2009

Esa mañana...

... ella se despierta y, mientras los últimos rastros de sal abandonan su pelo bajo la ducha, recuerda emocionada la noche anterior.
Desayuna, se despide de su madre y sube al coche con su hermana, lista para ir al colegio como todas las mañanas. Su padre se para en el semáforo que hay bajo el puente de la avenida de Francia. Aún estaba medio dormida y distraída cuando lo ve. Apenas puede creerlo. En lo alto, por encima de los demás, sobre la blanca columna del puente, un graffiti domina al resto, imborrable.
Está allí, sobre el frío mármol, azul como sus ojos, tan bonito como siempre lo deseó. Su corazón se acelera. Por un momento, le parece que todos pueden oírla, que todos pueden leer aquella frase, justo como está haciendo ella en ese momento. Está allí, en lo alto, inalcanzable. Allí donde solo llegan los enamorados:
«Tú y yo... Tres metros sobre el cielo».

6 comentarios:

  1. graciiiias tia :)
    si yo tambien espero que sean muchos mas
    que tal tu vida?

    muakiis

    ResponderEliminar
  2. Hermoso, como siempre.

    :)

    ResponderEliminar
  3. Bonito blog... me encanta Sabina, como no iba a gustarme este blog?? Así que aunq soy nuevo en esto de los blogs prometo star atento al tuyo.

    un beso!

    ResponderEliminar
  4. Donde nadie puede tocarlos.


    ¡Miau!

    ResponderEliminar
  5. Uff...Moccia,Moccia,da igual que te hayas leído sus libros mil veces que vuelves a leer un fragmente y es como la primera vez que lo hiciste.Yo me pongo nerviosa^^.En esta frase"Su padre se para en el semáforo que hay bajo el puente de la avenida de Francia"ya me estoy riendo yo solita porque sé lo que viene después... jejejej

    Te Kiero Pichónnn(L)

    ResponderEliminar
  6. Puf, y luego cuando caen, la caída es de impresión.

    ResponderEliminar